EEUU está ganando en Irak
una guerra que parecía perdida
BAGDAD (AP) _ Estados Unidos está ahora ganando una guerra que hasta hace dos años parecía perdida.
Es posible que combates feroces, limitados, y periódicos atentados terroristas continúen en Irak, tal vez por años. Pero el gobierno de Bagdad y Estados Unidos parecen ahora en condiciones de cambiar el enfoque y pasar de tareas de combate a la frágil construcción de la paz. La transición parecía impensable hasta hace un año.
Pese a los ocasiones estallidos de violencia, Irak ha llegado a un punto donde los insurgentes, que en una época controlaban ciudades enteras, carecen ahora del poder para amenazar la viabilidad del gobierno central.
Eso no significa que la guerra haya terminado o que los soldados de Estados Unidos carecen de papel alguno en Irak. Significa que la fase del combate está finalmente concluyendo, varios años después que el presidente George W. Bush proclamó con optimismo "misión cumplida". La nueva fase consiste en entrenar a la policía y al ejército de Irak, controlar el flujo de armas desde Irán, respaldar vínculos más estrechos entre Bagdad y los gobiernos locales, tratar de integrar a ex insurgentes en empleos del gobierno, y contribuir a la reconstrucción de la economía.
Hay todavía algunas batallas dispersas, especialmente contra los bastiones de al-Qaida en el norte de Bagdad. Pero la resistencia organizada que en una época estremecía cotidianamente la capital, ha prácticamente cesado.
Eso es algo más que un período de calma que precede a la tormenta. Refleja un cambio fundamental en las perspectivas para la minoría suní, que controlaba el poder durante el gobierno de Saddam Hussein. Esa minoría inició la resistencia hace cinco años, en respuesta a la invasión de Estados Unidos. Ahora, está marginada o ha cambiado de bando a fin de cooperar con los norteamericanos a cambio de dinero y de respaldo político.
El general David Petraeus, comandante de las tropas norteamericanas en Irak, dijo a The Associated Press la semana pasada que existen tempranos indicios de que líderes de al-Qaida estarían pensando en concentrarse en la guerra en Afganistán.
Y Ryan Crocker, embajador de Estados Unidos en Irak, dijo el jueves a la AP que la insurgencia se ha marchitado al punto de que ha cesado de ser una amenaza para el futuro de Irak.
La insurgencia "no está en condiciones de derrocar al gobierno, o, realmente, de desafiarlo", dijo Crocker. "Y en realidad, no está siquiera en posición de enfrentarlo".
Las milicias chiíes, especialmente el Ejército Mahdi del clérigo radical Muqtada al-Sadr, ha perdido sus bases de poder en Bagdad, en Basora, y en las más importantes ciudades. Un paso importante fue desalojar a extremistas chiíes de las zonas pobres de ciudad Sadr, en el primer trimestre del año. Ciudad Sadr no es un distrito plenamente seguro, pero está bastante tranquilo.
Al-Sadr y sus principales lugartenientes están ahora en Irán. Hablan de que retornarán, pero enfrentan grandes obstáculos, entre ellos la pérdida de respaldo entre una población chií harta de la guerra y que no está tan aterrorizada por los extremistas sunis como lo estaba hace dos años.
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