Así lo señala un informe presentado hoy por la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna (FICR), que pone de manifiesto la profunda desigualdad que persiste en el acceso a esas tecnologías entre los países ricos y pobres, y el impacto que esto tiene en situaciones de catástrofes naturales.
Aunque el número de desastres a nivel mundial disminuyó el año pasado, "el número de afectados en los países pobres fue en aumento" comentó la encargada de valores humanos y diplomacia de FICR, Jouelle Tanguy.
Esta tendencia puede estar relacionada con el hecho de que la desigualdad en el acceso a las tecnologías de la información es más pronunciada en los países más propensos a los desastres, indicó.
En total, unas 139 millones de personas en el mundo sufrieron los efectos de 552 desastres en 2012, según datos de la organización.
El informe se refiere al papel de las redes sociales y los teléfonos móviles a la hora de salvar vidas, y pone el ejemplo del tifón Bopha, que afectó Filipinas el pasado diciembre, causando 6,3 millones de damnificados.
"Miles de personas sobrevivieron porque el 99 % de la población tenía acceso a la telefonía móvil y pudo recibir mensajes de alerta temprana e información sobre los lugares seguros", señala el estudio.
Durante el huracán Sandy, ocurrido también el año pasado y que afectó a varios países del Caribe, se enviaron veinte millones de tweets y unas 500 fotos a través de la aplicación Instagram, lo que contribuyó a dar a conocer en tiempo real la situación de los afectados.
El especialista en tecnologías de la información de la FICR, Sarmad Alsarraj, lamentó que "las personas que menos acceso tienen a las tecnologías sean normalmente las más afectadas por los desastres".
Mencionó que sólo el 33 % de la personas que viven en países en desarrollo tienen acceso a servicios de internet, mientras que esa proporción aumenta hasta el 77 % en los países desarrollados.
Mencionó que sólo el 33 % de la personas que viven en países en desarrollo tienen acceso a servicios de internet, mientras que esa proporción aumenta hasta el 77 % en los países desarrollados.
Indicó que sólo en el 8 % de los hogares en África hay un ordenador, frente al 76 % en Europa.
En el informe se advierte igualmente de que la utilización cada vez mayor de las nuevas tecnologías por parte de las organizaciones humanitarias para obtener información sobre las poblaciones afectadas por los desastres puede provocar la exclusión de aquellos que no tienen acceso a ellas.
En el informe se advierte igualmente de que la utilización cada vez mayor de las nuevas tecnologías por parte de las organizaciones humanitarias para obtener información sobre las poblaciones afectadas por los desastres puede provocar la exclusión de aquellos que no tienen acceso a ellas.
"Existe una 'división tecnológica' y por esto la tecnología no debe sustituir a los medios tradicionales de recolección e intercambio de información sino que tiene que complementarlos", dijo el jefe de gestión de crisis y desastres de la organización, Simon Eccleshall.
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