A Continuación el Texto de la Declaración Pública de la Comisión Política del MIU:
“Hace hoy cincuenta años, un hombre confinado en el Palacio Nacional, rodeado de militares golpistas amenazantes, despojado por la fuerza de su condición de Presidente Constitucional de República Dominicana, vencía a sus enemigos con unas simples frases escritas a mano, en un trozo de papel:
“Ni vivos ni muertos, ni en el poder ni en la calle se logrará de nosotros que cambiemos nuestra conducta. Nos hemos opuesto y nos opondremos siempre a los privilegios, al robo, a la persecución y a la tortura. Creemos en la libertad, en la dignidad y en el derecho del pueblo dominicano a vivir y a desarrollar su democracia con libertades humanas, pero también con justicia social… Los hombres pueden caer, pero los principios no…”
“Juan Bosch, aquel hombre que hace medio siglo resumía en sí la dignidad de su pueblo, animado por la fuerza de principios innegociables, lograba una victoria moral definitiva sobre la fuerza bruta, la irracionalidad, el odio y el egoísmo. Con su verbo profético y su actitud inclaudicable, aún en esos momentos de angustia e incertidumbre, tuvo la entereza de dejarnos un mandato imprescriptible: con los principios sagrados, con las normas de conducta, con la moral, no hay negociación posible. Ni ayer, ni hoy, ni mañana: nunca.
“Por defender esos principios hasta las últimas consecuencias, Bosch fue derrocado, pero, precisamente gracias a ellos, volvió hecho mar de pueblo y militares constitucionalistas en medio de la gloriosa Revolución de Abril de 1965. Gracias a ello, Bosch era, es y seguirá siendo la reserva moral del pueblo dominicano y el arquetipo que lo anima en los momentos más oscuros de su historia. Sus enemigos de ayer han sido condenados al olvido y él está vivo y presente, como lo está también su mandato moral.
“Los golpistas invadieron la casa del mandatario derrocado, buscando pruebas de su enriquecimiento ilícito, las riquezas que le suponían y solo hallaron un puñado de libros, una maquinilla de escribir y muebles corrientes, comprados a plazo. Vivía en la casa prestada por un amigo. No les quedó otra salida que la calumnia burda y la mentira: las armas tradicionales de traidores y canallas.
“No supieron buscar: la riqueza de Bosch estaba en las calles y campos de la Patria, en el pecho de su pueblo aguerrido y rebelde que no tardaría en levantarse contra los usurpadores y enfrentar, con la misma determinación del Presidente derrocado, a las fuerzas invasoras del imperialismo y a los peones de la oligarquía nacional.
“Medio siglo después, aún en el propio partido fundado por Bosch, se ha desoído y desobedecido su llamado; se han negociado principios; se ha relegado al pueblo a la incertidumbre y el dolor; se le ha privado de su memoria histórica y se han enterrado normas morales como la austeridad, la solidaridad, la entrega, el sacrificio y la defensa de la justicia social. Falsos boschistas han mancillado el templo de su memoria y han lucrado con su legado.
“El proyecto de país nuevo que encarnó Juan Bosch ha sido relegado, como utopía inalcanzable, como anhelo trasnochado, como anacronismo pasado de moda.
“Y hoy como ayer, confinado su ejemplo, amordazado por nuevos y antiguos enemigos, rodeado de quienes encarnan su negación, la voz de Bosch resuena igual de firme e inclaudicable y reitera su mandato: con los principios sagrados de la Patria no se negocia.
“Y tantas veces como sea aplastada la utopía, el sueño de una nación para el bien de todos, que es el mismo sueño de los Restauradores; un país con dignidad, libertad, democracia y justicia social garantizada, regresará Juan Bosch a encabezar a su pueblo en las nuevas luchas por alcanzarlo.
“A cincuenta años del golpe del 25 de septiembre de 1963, Juan Bosch reitera su mandato. Muchos no serán capaces de cumplirlo, pero el pueblo siempre tiene oídos para la verdad.
“La lucha continúa”.
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