PERU.-El número de muertos había aumentado a por lo menos 500 ayer en el terremoto de magnitud 8 que destruyó ciudades de adobe y ladrillo en el desierto sureño del Perú. Sobrevivientes envueltos en mantas caminaban como fantasmas entre las ruinas.
Se veían cadáveres polvorientos sacados de las ruinas y colocados en las calles, o bajo sábanas ensangrentadas en hospitales y morgues en ruinas. Los médicos se esforzaban por atender a los más de 1,600 heridos, incluyendo cientos que esperaban en catres a la intemperie, temiendo que las sacudidas de réplica derrumben enteramente los edificios. HISTORIA COMPLETA. Contacto: juliovaldezc@gmail.com
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