PIE DE FOTO: Huang Li, de 10 años, con ataduras en las manos y pies, es sacada del río Xiang por su padre Huang Daosheng river, en Changsha, la provincia sureña de China, el 2 de octubre del 2007.The Associated Press
BEIJING --Un padre ató las manos y pies de su hija de 10 años y la observó nadar en un río helado del sur de China durante tres horas, algo que según dijo la ayudará a cumplir con su sueño de cruzar nadando el Canal de la Mancha.
Huang Li nadó como un delfín, impulsándose a veces con sus manos atadas, a lo largo de dos o tres kilómetros (más de una milla) en el río Xiang el martes, a favor de la corriente, dijo su padre.
"Su habilidad para nadar es perfecta y ella insiste en hacer esto", manifestó Huang el jueves en una entrevista telefónica con la AP. La niña, que vive en la ciudad de Zhangjiajie, en la provincia de Hunan, tuvo la idea tras ver algo similar en un programa de la televisión, expresó el hombre.
Algunas fotos noticiosas mostraron a Huang Li con su traje de baño cuando su padre la ayudaba a salir del agua. Sus tobillos estaban atados con una cuerda y sus manos estaban sujetadas con un trozo de tela. Un diario informó que la niña tenía tanto frío que su rostro se tornó azul.
"No es peligroso porque, en primer lugar, sus habilidades para nadar son muy buenas, y en segundo lugar, porque yo estaba nadando con ella, estaba cerca de ella", dijo el padre. "La tuve cuando tenía 35 años, así es que es mi corazón. Nunca jugaría con su vida".
El padre, un maestro al que le gusta la natación, entrena a su hija y dijo que la familia no tiene suficiente dinero para pagarle un mejor profesor.
"Su habilidad para nadar es perfecta y ella insiste en hacer esto", manifestó Huang el jueves en una entrevista telefónica con la AP. La niña, que vive en la ciudad de Zhangjiajie, en la provincia de Hunan, tuvo la idea tras ver algo similar en un programa de la televisión, expresó el hombre.
Algunas fotos noticiosas mostraron a Huang Li con su traje de baño cuando su padre la ayudaba a salir del agua. Sus tobillos estaban atados con una cuerda y sus manos estaban sujetadas con un trozo de tela. Un diario informó que la niña tenía tanto frío que su rostro se tornó azul.
"No es peligroso porque, en primer lugar, sus habilidades para nadar son muy buenas, y en segundo lugar, porque yo estaba nadando con ella, estaba cerca de ella", dijo el padre. "La tuve cuando tenía 35 años, así es que es mi corazón. Nunca jugaría con su vida".
El padre, un maestro al que le gusta la natación, entrena a su hija y dijo que la familia no tiene suficiente dinero para pagarle un mejor profesor.
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